Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos suelen afectar a los niños de entre 4 y 12 años. No son lo mismo que las pesadillas. Los terrores nocturnos suelen despertar a un niño unas horas después de dormirse. Ocurren en las fases más profundas del sueño (sin movimientos oculares rápidos [REM, por su sigla en inglés]), entre los ciclos de sueños. No es un signo de enfermedad médica ni de problemas psicológicos. La causa es incierta, pero es más probable que ocurran después de un día con esfuerzo, estrés y cansancio excesivos.
Hay muchas cosas que puede ver cuando su hijo tiene terrores nocturnos. Su hijo puede hacer lo siguiente:
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Tener una mirada de miedo o pánico
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Estar durmiendo y sentarse de repente en la cama con los ojos abiertos
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Gritar o llorar
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Respirar rápido, tener una frecuencia cardíaca rápida y jadear, balbucear, murmurar o golpear
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Tener aspecto de confundido, no reconocerlo ni ser consciente de lo que ocurre
Los terrores nocturnos suelen durar entre unos minutos y media hora. Luego, en general, los niños se vuelven a dormir.
Cuidados en el hogar
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Haga que su hijo se acueste y se levante en el mismo horario (en días con o sin clases).
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Establezca una rutina para el momento de acostarse.
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No deje que su hijo haga actividades muy enérgicas durante la hora antes de acostarse.
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Haga que la hora antes de acostarse sea un momento de tranquilidad.
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No tenga un televisor en la habitación de su hijo.
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Mantenga la habitación de su hijo oscura y en silencio.
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Use una luz nocturna pequeña si su hijo tiene miedo a la oscuridad.
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Cuando su hijo se despierte a causa de terrores nocturnos, quédese cerca e intente reconfortarlo hasta que se le pase.
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No intente despertar a su hijo.
Cuidados durante un episodio
Durante un episodio de terror nocturno, no hay mucho que pueda hacer para calmar a su hijo. Tome medidas de seguridad para que el niño no se lastime a sí mismo si está agitado. Al final, la reacción se detiene y su hijo se duerme rápidamente. Es probable que, al día siguiente, su hijo no recuerde lo que le pasó en la noche.
Despertarlo puede hacer que se sienta asustado y agitado. En especial, si usted está alterado, lo sacude, grita o llora. Es mucho mejor simplemente asegurarse de que su hijo esté seguro. Cuando se despierte, reconfórtelo y ayúdelo a dormirse otra vez.
Los terrores nocturnos pueden ser recurrentes, pero la mayoría de los niños los superan a medida que crecen. No es una enfermedad y no se necesita tratamiento médico.
Visita de seguimiento
Asista a las visitas de control con el proveedor de atención médica de su hijo o según lo indicado.
Llame al 911
Llame al 911 si ocurre algo de lo siguiente:
Cuándo debe buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de su hijo de inmediato si se presenta cualquiera de las siguientes situaciones:
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Confusión o conducta anormal que ocurre durante el día, en las horas que está despierto
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Rigidez en el cuello
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Dolor de cabeza
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Los terrores nocturnos ocurren más de una o dos veces por mes
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Un episodio de terror nocturno no se detiene después de 45 minutos